Habia una vez una muchacha que le pregunto a un chico si se quería casar con ella. El chico dijo "NO" Y la muchacha vivió feliz para siempre, sin lavar, cocinar, planchar para nadie, saliendo con sus amigas, saliendo con el que se le daba la gana, aceptando invitaciones carísimas y gastándose su dinero en si misma y sin trabajar para ninguno.
FIN. ...
El problema es que de chiquitas no nos contaban estos cuentos... y nos cagaron la vida con el pinche príncipe azul!!!
Hace poco me llegó al correo este cuento y no sólo me provocó mucha gracia; también me hizo pensar en el bendito matrimonio como condición sine qua non en la vida de toda mujer.
Es cierto que el encontrar una pareja con quien compartir la vida es probablemente la principal búsqueda de todo ser humano pero: N°1 éste definitivamente no va a ser un príncipe azul y N°2 PORQUÉ tiene necesariamente que haber un papel firmado afianzando la unión. Desde chiquitos nos dejan consumir novelas estúpidas que te rellenan el cerebro con historias vanas y sin sentido. Nos narran cuentos donde idealizan a un príncipe azul, sin mencionar posibles ronquidos, gases, pasiones futboleras, amiguitis y demás detalles de aquellos productores de testosterona en grandes cantidades. Supuestamente la perfección es esa y cualquier mujer que vea llegar los 30 años sin siquiera un novio rondando el territorio estará sentenciada a la soltería. Nadie cuenta historias reales. Seguimos chantándole a las futuras generaciones el perfecto vestido blanco.
Hace poco mi mamá hizo un comentario frente a mi sobrina adolescente (también hija de madre soltera) y decía algo como que yo me había equivocado o no había hecho lo correcto en la vida al tener una hija sin casarme (igual que su madre). En realidad me dolió, pero me quedé callada, no me defendí porque por un instante pensé que tal vez no era un buen ejemplo para ella. Luego pensé, está loca mi vieja? Acaso no soy mucho mejor ejemplo de pujanza y valentía al haber decidido no tener al lado un huevón a quien no quería sólo por el hecho de que con él la cosa sería mejor vista y tal vez hubiera sido más sencillo? No es más respetable una mujer que trabaja y enfrenta la vida en vez de correr a los brazos del pánfilo que la embarazó para ser infelizmente mejor vista ante los ojos de la gente.
Sí estoy de acuerdo en que la familia es la base de la sociedad y que es una lo máximo poder formar una y que esta no termine en divorcio al cabo de unos años. Pero también creo que es una cuestión de fondo y no de forma. Una familia se construye sin un papel que lo acredite, se forma porque la señorita “x” con veinte engreimientos y costumbres conoce al jovencito “y” con igual cantidad de detallitos y caballadas pero que por arte de magia, hacen química, se enamoran y convienen en que desean pasar el resto de su vida juntos y se aventuran a ello. En el ínterin se trompean, se sacan los ojos pero finalmente ponen de su parte y cuando menos lo notan se encuentran arrugaditos tratando de recordar hace cuántos años fue la última vez que hicieron el amor. Esa para mí es la mejor historia de amor, claro que eso de estar arrugaditos no suena mucho a final feliz, pero bueno, apuesto que en el “y vivieron felices para siempre” esto está incluido.
Por qué los padres, profesores y tutores, no son más honestos y desde niños nos muestran la vida como es, con historias que puedan suavizar y decorar la cuestión para que se vea todo positivo pero sin dejar de ser reales.
Muchos de los fracasos de nuestros hijos y de nosotros mismos está en lo que les enseñamos a esperar de la vida. No hace mucho leí “El libro del niño” de Osho, lo leí porque estaba embarazada y quería prepararme un poco para no ser un desastre como madre. Lo maravilloso de ese libro es que en parte nos ayuda a entender nuestra forma de ser; de qué manera la libertad, la capacidad de decisión que te dan tus padres y un sinfín de detalles en la crianza finalmente nos dan la pauta de vida. Los niños no son tontos, hay muchas cosas que se nos quedan grabadas en la infancia y nos acompañan el resto de nuestras vidas.
No sé si este mail tocó una hebra muy sensible y vomité una crítica social que para algunos puede ser tal vez infundada. Es cierto que hoy en día se aceptan mucho más cosas, pero se aceptan señalándolas con el dedo como algo que rompe la regla. Y todo eso empieza con lo que nos enseñan, nos cuentan y nos leen. Deberíamos en general todos a ser un poco más sinceros.